Qué preciosidad. Los cristianos no tenemos garantías, tenemos fe. Y sobre la fe construimos. Por otro lado, nunca entendí la mala prensa de los castillos de arena, si bien el mar se los lleva, fuimos felices poniéndolos en pie. Mejor eso que no haberlos ni imaginado. Un fuerte abrazo
Una que ha pasado por esto muchas más veces de lo que estaría dispuesta a admitir, me permito dejarle unos versos de aquella maravillosa canción que cantaban a dúo Edith Piaf y Théo Sarapo. Yo sería la Piaf para recordarle que ‘tout ce que maintenant te semble déchirant demain sera pour toi un souvenir de joie’. Mucho ánimo, caballero.
Habla de aquello que no sucederá... más que magdalena se me aparece la zanahoria de Proust. Colgada de un palo, siempre a la misma distancia del hocico. Señuelo a evitar, pues el futuro -como la perfección- escapa antes de materializarse.
Usted espera. Deduzco que no es muerte sino pérdida lo que le entristece. Lo siento, por solidaridad virtual y por identificación; no sé el suyo, pero mi caso se refiere a una relación sentimental. Como burro viejo cansado de andar burlado, me he plantado, inflexible, a esperar.
No veo fácil la reconciliación, pues revertir una dinámica desconcertada por parte de quien la propicia, requiere gran voluntad. Así como la confesión contrita de los pecados exige valor. Quedaré sin resolver muchas dudas; más peliagudo me parece no atreverse a saber cuál podría haber sido mi reacción.
En fin, me quedará el recuerdo, eso sí. Más que idealizado por la memoria, consustancial a mí.
Como siempre, agradezco el artículo y la referencia literaria. Que pase usted un buen verano.
Ya que citas a my dear Wilde, te devuelvo otra suya. No hace falta que le diga que Wilde siempre tiene razón.
“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo."
Imaginar, sufrir, esperar -y desesperar-… también es vivir.
Un abrazo.
Esa cita merece mármol
Qué preciosidad. Los cristianos no tenemos garantías, tenemos fe. Y sobre la fe construimos. Por otro lado, nunca entendí la mala prensa de los castillos de arena, si bien el mar se los lleva, fuimos felices poniéndolos en pie. Mejor eso que no haberlos ni imaginado. Un fuerte abrazo
Una que ha pasado por esto muchas más veces de lo que estaría dispuesta a admitir, me permito dejarle unos versos de aquella maravillosa canción que cantaban a dúo Edith Piaf y Théo Sarapo. Yo sería la Piaf para recordarle que ‘tout ce que maintenant te semble déchirant demain sera pour toi un souvenir de joie’. Mucho ánimo, caballero.
Ay Ignacio, aunque sea amargo, perder es mejor que ni siquiera presentarse a filas.
¿Cómo no adorarte dejando estos comentarios? ❤️
Piedad y consuelo gracias a las dos madalenas, que espero fueran mejores que el sucedáneo de pan al uso.
Me ha hecho pensar en unas palabras de Víctor Hugo:
“Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y
la risa constante es malsana.”
Quisiera saber exponerle que entre muerte y ruptura existe un abismo insalvable. Aún así reconozco haber sentido “el recuerdo de lo que no será”.
Mi agradecimiento es mayor que nunca y mi impaciencia va en aumento en espera de su próxima
Y poeta
Habla de aquello que no sucederá... más que magdalena se me aparece la zanahoria de Proust. Colgada de un palo, siempre a la misma distancia del hocico. Señuelo a evitar, pues el futuro -como la perfección- escapa antes de materializarse.
Usted espera. Deduzco que no es muerte sino pérdida lo que le entristece. Lo siento, por solidaridad virtual y por identificación; no sé el suyo, pero mi caso se refiere a una relación sentimental. Como burro viejo cansado de andar burlado, me he plantado, inflexible, a esperar.
No veo fácil la reconciliación, pues revertir una dinámica desconcertada por parte de quien la propicia, requiere gran voluntad. Así como la confesión contrita de los pecados exige valor. Quedaré sin resolver muchas dudas; más peliagudo me parece no atreverse a saber cuál podría haber sido mi reacción.
En fin, me quedará el recuerdo, eso sí. Más que idealizado por la memoria, consustancial a mí.
Como siempre, agradezco el artículo y la referencia literaria. Que pase usted un buen verano.
Nôtre semblable, nôtre frère.